lunes, 30 de mayo de 2011

Sueños lúcidos

Fue a raíz del cada vez más conocido film Waking Life (primera parte aquí: http://tu.tv/videos/waking-life-sub-espanol-1-10) que descubrí lo que me bastaría para acercarme definitivamente al mundo de los sueños lúcidos, si bien de algún conocido tenía información anteriormente. No sabría cómo definir de forma satisfactoria este arte o herramienta (y tantas otras cosas), así que daré alguna información, tras lo cual me centraré en lo que realmente me importa transmitir: una serie de consejos para quien desee iniciarse.

Entiendo un sueño lúcido como todo aquel sueño en que somos conscientes de que estamos soñando. Evidentemente, esta condición puede cumplirse en infinitas formas posibles, todas ellas únicas para cada persona. Una vez nos volvemos conscientes en el sueño, hay diferentes actitudes. La mayoría de personas que consigáis esto os centraréis en controlar el sueño. Otra opción es simplemente observar esa manifestación del inconsciente que es el mundo onírico, sin intervenir, para aprender algo de ella (o sea, de nosotros mismos). Personalmente, al principio lo que uno quiere es divertirse y jugar, y mis consejos van encaminados a este uso.

Únicamente algunas personas tienen sueños lúcidos naturalmente, sobre todo en la infancia, y conservan este don en su etapa adulta. Si es tu caso no creo que te sirva de mucho este post. Si no lo es, aquí van mis recomendaciones:

1. Reconocer los sueños.

Para reconocer los sueños es recomendable crear rutinas como los test de realidad. Mi test de realidad consistía en lo siguiente: me miraba una mano y contaba los dedos. Os sorprendería la cantidad de veces que lo he hecho y veía 4, 6, 7... o mi meñique bifurcándose en forma de "Y". Otros tests son encender interruptores (no recuerdo ningún sueño en que haya funcionado alguno, ¿tú?), intentar respirar tapándose la nariz, o llevar siempre un papel encima con una frase corte o una palabra: se lee, se aparta la vista, y se vuelve a leer. Esto se hace porque en un sueño, si os habéis fijado, el texto cambia cada vez que se mira (además de ser totalmente ininteligible en muchos casos). Si no encontramos la frase o palabra conocida, estamos en un sueño. Consejo: muchos despertares son en realidad falsos, es decir, soñamos que nos despertamos. Como es un evento de ninguna importancia, nos volvemos a dormir en el sueño, y no lo recordamos. Pero si establecemos una rutina para cada despertar es muy probable que nos sorprendamos en varias ocasiones. Algo como abrir el cajón de la mesita de noche y ver si todo es normal o mirar la hora del reloj (tampoco funcionan muy bien los relojes en el mundo onírico).

2. La memoria onírica.

Memoria y consciencia están profundamente ligadas. Este hombre (http://www.documaniatv.com/ciencia/el-hombre-con-7-segundos-de-memoria-video_9bcb995f7.html) nunca recuerda haber sido consciente antes de serlo, según él, por primera vez. Así que, ¿lo ha sido en alguna ocasión? Muchos de mis conocidos dan por imposible tener sueños lúcidos, porque ni siquiera saben si sueñan o no, puesto que no recuerdan nada. Es un problema de la memoria onírica, que atrofiamos por falta de uso, pero que podemos ejercitar fácilmente. Lo más apropiado es llevar un diario con tus sueños. Adquirir el hábito, nada más despertar, de quedarse en la cama, concentrarse, e intentar recordar lo que hemos soñado. Normalmente es más fácil en sentido inverso (desde el final al principio), pero hacedlo como más cómodo os sea. Empezarán a surgir detalles que, de no haber afianzado esa "ruta neuronal", se habrían perdido. Y cuando recordéis el contenido suficiente del sueño, simplemente incorporaos y anotadlo. Si sois constantes, notaréis cómo cada vez sois más precisos en las descripciones, llenáis más líneas, y dejáis menos lagunas.

3. El primer sueño lúcido.

No tengo claro, pues es algo bastante personal, cuánto tiempo se requiere para tener el primer sueño lúcido, después de conocer sus técnicas básicas. Yo tuve la suerte de lograr uno apenas dos días después de ver la película que nombro al principio del post. De repente, me embriagué en un sueño, y caí al suelo, desmayado. Acto seguido estaba en mi cama, tumbado boca arriba, tal y como me había acostado. Empecé a levitar y a acercarme al techo, a la manera de algunas escenas de Waking Life. No llegué a atravesarlo, lo cual, según pude conocer luego, habría sido impresionante, pero ese corto período de lucidez, en el que puse todas mis fuerzas en alzarme cuanto fuera posible, me convenció totalmente para practicar todo lo relacionado con los sueños lúcidos.

Lo primero es ser paciente, e interesarse. Leí de un experimentado onironauta que los sueños se interesaban por ti si tú hacías lo propio. Investigad, comentadlo, que esté presente en vuestra vida en vigilia. No dejéis de lado los tests de realidad o vuestro diario. ¿Qué más se puede hacer? Algo que me funciona a mí es, antes de dormir, ya en la cama, repasar el día en orden inverso. Aparentemente, libera al cerebro (no sé en qué grado) de esa tarea, pues una de las funciones que se atribuye a los sueños es la de procesar información recibida durante el día.

Cuando tengáis el primer sueño lúcido, seguramente os frustrará que dure tan poco. Uno suele sorprenderse tanto de hallarse consciente en lo que era un reducto tan misterioso y poco accesible de nosotros mismos, que se despierta en unos segundos.

4. Adquiriendo consciencia

Para aumentar no sólo la duración sino también la intensidad de los sueños lúcidos, hay unos cuantos consejos sueltos que voy a dejar, pero hay que tener en cuenta que, una vez llegados a este nivel, estamos algo más solos en nuestro desarrollo de la lucidez en los sueños. Aquí será más importante practicar, experimentar, y encontrar qué es válido para nosotros mismos sin importar los precedentes en la experiencia de otras personas. Al fin y al cabo, el mundo onírico es extremadamente íntimo y en él reside lo más profundo del yo, revelador, temible en ocasiones, pero lo que, con seguridad, somos y, desafortunadamente, solemos esconder, sabiéndolo o no, en nuestra vida en vigilia.

-Cuando empieces a perder la consciencia, y todo empiece a palidecer, hay algo que me suele funcionar. Se puede llevar a cabo de dos formas. Se trata de centrar la vista con mucha intensidad en los detalles de algo cercano, como las hojas de un árbol o los pliegues de la ropa de alguien; la otra variante consiste en dar vueltas alrededor de uno mismo. Con ambas conseguiremos algo de tiempo extra.

-Los tests de realidad pueden dejar de funcionar. Es una pena que seamos tan poco interesados y perdamos la capacidad de sorprendernos tan rápidamente, pero así ocurre; por ejemplo, puede ocurrir que miremos nuestra mano y sea totalmente deforme, sin que caigamos en la cuenta de que estamos soñando (no suele ocurrir al principio). Tengo la teoría de que no es la mano deforme, o el interruptor que no funciona, lo que nos indica que soñamos, sino lo conscientes que seamos de ello y para ello. El mejor test de realidad es ser consciente la mayor parte del tiempo, tanto de día como de noche, perder la noción de uno mismo cuanto menos mejor. Observarse a uno mismo mientras hace todo tipo de cosas, incluso pensando o sintiendo, es un buen ejercicio, y gratificante. Podremos ponerlo en práctica en los sueños y no necesitaremos tests de realidad.

-Cuando estés en un sueño lúcido, prueba a acostarte en una cama o similar y a intentar dormirte. Puede que cambies de sueño y pierdas la lucidez, pero también existe la posibilidad de que la aumentes de una forma muy especial.

-No te entregues demasiado a tus emociones. Normalmente, perderás la lucidez o despertarás directamente. Es un problema cuando lo que quieres es, por ejemplo, tener sexo, pero una actitud más distante es un buen ejercicio en cuanto a lucidez, y puede serlo también de cara a la vida en vigilia.

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